miércoles, 2 de junio de 2010

Homenaje a Alfredo Bravo en la Sesión Ordinaria en el HCD de Merlo del día 1 de junio de 2010


Hace 7 años, más precisamente el 26 de mayo de 2003, nos dejaba físicamente el maestro Alfredo Bravo.
Maestro en los dos sentidos del término:
“Maestro” como trabajador de la educación, defensor de la escuela pública, que desde sus primeros años como maestro de grado comenzó paralelamente su actividad gremial en la Confederación de Maestros y Profesores, luego fue designado por sus compañeros como redactor del Estatuto del Docente en 1958, estatuto que sirvió a los trabajadores como hito en la defensa de sus derechos laborales. Luego, en 1973, el 11 de septiembre, fue uno de los fundadores de la Confederación de los Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), fecha que no pudo ser de completa alegría, porque del otro lado de la cordillera, un golpe de Estado derrocaba al Presidente socialista Salvador Allende.
En 1983, tras el retorno de la democracia es nombrado por el Presidente Raúl Alfonsín como Subsecretario para la Actividad Docente, cargo desde el cual favoreció la reincorporación de todos los docentes cesanteados por la última dictadura. Luego de haber pasado por la función pública, retornó a su cargo de director de una escuela primaria.
También fue “Maestro” como militante de los derechos humanos, ya que en 1975, año en que comenzaba a imponerse el terrorismo de Estado con atentados y asesinatos cometidos por la triple A, fue cofundador junto a Alicia Moreau de Justo y Raúl Alfonsín de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Época en que no eran muchos los que eran capaces de presentar un habeas corpus por los compañeros y donde otros abogados se dedicaban a ganar mucho dinero practicando la usura, lo más indigno del capitalismo. En 1977 fue detenido-desaparecido por la dictadura y por la presión nacional e internacional fue “blanqueado” y puesto a disposición del poder ejecutivo. Las secuelas de las torturas a las que fue sometido por los militares no hicieron más que reafirmar su compromiso con la vida. Ni las torturas ni la cárcel lo doblegaron jamás y la apertura constitucional lo encontró dando testimonio del horror sin miedos ni vacilaciones. Además de esas facetas, Alfredo tuvo otra, la de militante político, desde chico se afilió al Partido Socialista, luego fue fundador de la corriente Confederación Socialista Argentina y más tarde se incorporó al Partido Socialista Democrático, fue varias veces electo Diputado Nacional y en el 2002 fue uno de los impulsores de la unidad del socialismo, situación que terminó con la unificación del Partido Socialista Popular y el Partido Socialista Democrático en un solo Partido Socialista.
Como trabajadora de la educación y como militante política, son muchos los motivos por los que no podía dejar pasar ésta fecha sin rendirle un homenaje al maestro Alfredo Bravo.